Si me vieras...

Domingo, suelo despertarme tan tarde.

con toda la pereza del mundo me dispongo a salir, con un sol afuera, tirado por todo el piso.

voy a toda prisa, caminando, tan cansado de vivir que lucho contra el viento.

me tropiezo con un mundo encerrado en cuerpo de mujer.

-Disculpe señorita.

-Ahora, me compras todo esto que me has botado.

-Claro, que pena...

Llegamos a la tienda, compré todo lo que necesitaba ese Domingo, como cualquier otro. y claro, lo que le había tirado a Isabela, la chica de los ojos gigantes, o Lisa Simphson, como solía yo decirle provocandole risas a ella.

-Deberías ir más despacio, un día no sabrás nada de ti si sigues con ese ritmo de vida -Me dijo Isabela-

Ese fue un comienzo tan extraño, pero tan grande. Un comienzo sin finales, la quise.

A Isabela la amé. Podía sentir sus deseos, sus tristezas y sus alegrías y ella sentía las mías, al verme mirándola.

Una tarde de otoño. Corríamos como niños en aquel parque, donde tantas veces las nubes era las protagonistas de todas las historias que Isabela y yo nos contábamos en las tardes, hasta anochecer dónde las nubes pasaban a ser estrellas.

-Al menos ahora vas despacio, así como las nubes. -Dijo ella.-

-Me has enseñado a ver todo de manera diferente, ahora te veo con más detalle, como aquella nube con forma de jirafa que nos sonríe.

-Jajaja, me alegra crear algo en ti.

-Lo destruyes y lo creas a tu manera, soy tú.

Hoy en día ella, que iba tan despacio, que acariciaba el viento con las manos, disfrutando de cada respirar y de cada minuto se ha ido tan rápido, debe de estar contando y buscándole la forma a los humanos desde allá en las nubes junto a las estrellas y con todas las historias que contamos.

Si me vieras ahora, ir despacio, dando las gracias por el aire, por la vida, por poder caminar y seguir aquí, contando historias a los ángeles que me has dejado, si vieras que la niña es tan igual a ti que me hace amarla más de lo que me amo. pensándote a cada instante, imaginándote. Si me vieras Isabela, ahora lo que soy... Volverías.

Ahora iré despacio para llegar rápido a estar junto a ti.