Para quien es un ángel y no merece la poca cosa de estar entre nosotros, los vivos.
Aún tengo tus recuerdos intactos, como si estuvieras a mi lado, mirando fijamente tus ojos, encontrando esa felicidad, que siempre ocultaste, ese paraíso perdido en tu mirar.
Para quien dejó una inmensa huella, en ésta orilla que es la vida, dejando así, un camino largo de sus pasos, para siempre recordar que estuvo ahí.
Para quien llenó de tantas sonrisas estos labios, de tantas alegrías mis días, de tantos sueños en esas noches de insomnios y regaló amaneceres repletos de luz.
Para quien después de tantos bonitos saludos, se fue sin querer decir adiós, repentino, como la ola que desaparece en pleno mar, y ahora por no poder gritarle a la vida lo que fuiste, te escribo, por todo eso que no pude decirte al oído, lo creo en el papel lleno de tinta todo eso, que fuiste, eres y serás.
Para quien al recordar, sólo trae lágrimas por no poder compartir más contigo, aunque sé que en tus días fui feliz gracias a ti, y sonrío a pesar de la distancia.
Para quien dejó de ser un ángel caído para convertirse en estrella, que en el inmenso cielo, rodeada de todo un Universo, y sonriente, como tu vida misma, brillas por tu ausencia.
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