Cuantos caminos no he recorrido junto a la Luna, preguntándole como duermes, cuantas palabras no he mandado al viento, preguntándole que se siente acariciarte, por qué el amor es tan ciego que no ve distancias y mi manera de acercarme es escribiéndote. Sólo espero que de una vuelta que de el mundo, me lance hacía tu lado, aunque claro, si vemos la misma Luna quiere decir que no estamos tan lejos. ¿no crees?.
Que más puedo pedir que me regalen, si ya me dieron ésta vida para compartirla contigo y renacer con cada sonrisa tuya y hacerte llorar de alegría, ya que las lágrimas de felicidad son tan dulces, como un beso en una noche de tormenta.
Ay, corazón.. Déjame amarte, como en mis anhelos.
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