martes, 30 de agosto de 2011

Anhelo.

Por ahí dicen que el deseo de poder enferma, tengo un virus dentro de mí que desea poder tenerte, ese deseo se vuelve sueños que en mi realidad son pesadillas y es que ese poder besarte se ha convertido en mi más grande anhelo.
Cuantos caminos no he recorrido junto a la Luna, preguntándole como duermes, cuantas palabras no he mandado al viento, preguntándole que se siente acariciarte, por qué el amor es tan ciego que no ve distancias y mi manera de acercarme es escribiéndote. Sólo espero que de una vuelta que de el mundo, me lance hacía tu lado, aunque claro, si vemos la misma Luna quiere decir que no estamos tan lejos. ¿no crees?.
Que más puedo pedir que me regalen, si ya me dieron ésta vida para compartirla contigo y renacer con cada sonrisa tuya y hacerte llorar de alegría, ya que las lágrimas de felicidad son tan dulces, como un beso en una noche de tormenta.
Ay, corazón.. Déjame amarte, como en mis anhelos.

viernes, 26 de agosto de 2011

Dos es suficiente.

El, iba perdido sin sentido, era un ángel con alas rotas en medio de tanto mar. Moribundo con heridas en el alma, perdido en un mundo de ilusión, buscando un Sol que le ayudara.
Ella, llena de luz, Sol radiante que ilumina corazones y llena de amor hasta los más rotundos rincones del alma.
Dos personajes, una historia de tantos comienzos y ningún final, que logran perderse entre sus líneas, entre su voz narrando dicho acontecimiento, y en su unión, ella, sana sus heridas y su luz le devuelve sonrisas, es su Luna, es su Sol, y ahora es imposible que el destino los separe, por qué el destino lo escriben con sus besos y con sus caricias.
Es así como dos vidas sin sentido juntas tienen un gran valor. Abran el corazón dos es suficiente para ir por ese túnel dónde el final es una luz de felicidad.

miércoles, 24 de agosto de 2011

De que me sirve.

De que me sirve el aire sin tu aroma.
De que me sirve el amor, si no lo hago contigo.
De que me sirve la espera sin tu llegada.
De que me sirve la ausencia, sin tu frío.
De que me sirven las palabras sin tu escuchar.
De que me sirve el adiós sin tu recuerdo.
De que me sirven las noches sin tu amanecer.
De que me sirve la distancia, sin tu imaginación.
De que me sirve mi reflejo, si no es en tus ojos.
De que me sirve el escribirte, sin que me leas.
De que me sirve el amarte si tu no estás.